martes, 31 de mayo de 2011

Primeros cristianos

LAS CATATUMBAS

Durante el primer siglo, los cristianos de Roma no tuvieron cementerios propios. Si poseían terrenos, enterraban en ellos a sus muertos. Si no, recurrían a los cementerios comunes que usaban también los paganos.

En la primera mitad del siglo segundo, después de tener algunas concesiones y donaciones, los cristianos empezaron a enterrar a sus muertos bajo tierra. Y así comenzaron las catacumbas. Muchas de ellas se excavaron y se ampliaron alrededor de los sepulcros de familias cuyos propietarios, recién convertidos, no los reservaron sólo para los suyos, sino que los abrieron a sus hermanos en la fe.

Con el edicto de Milán los cristianos dejaron de sufrir persecución. Podían profesar su fe libremente, construir lugares de culto e iglesias dentro y fuera de las murallas de la ciudad y comprar lotes de tierra sin peligro de que se les confiscasen.

Cuando los bárbaros invadieron Italia y bajaron a Roma, destruyeron sistemáticamente muchos de sus monumentos y saquearon muchos lugares, incluidas las catacumbas. Hacia la mitad del siglo VIII y el comienzo del IX los papas hicieron trasladar las reliquias de los mártires y de los santos a las iglesias de la ciudad, por razones de seguridad.


LOS SIMBOLOS

Los paganos desconfiaban de los cristianos y se mantenían a distancia, sospechaban de ellos y los acusaban de los peores delitos. Los perseguían, los encarcelaban y los condenaban al destierro o a la muerte. Como no podían profesar abiertamente su fe, los cristianos se valían de símbolos que pintaban en los muros de las catacumbas y grababan en las lápidas de mármol que cerraban las tumbas.

Como a todos los antiguos, a los cristianos les agradaba mucho el simbolismo. Los símbolos expresaban visiblemente su fe:

-El Buen Pastor con la oveja sobre los hombros representa a Cristo salvador y al alma que ha salvado.

-El orante: esta figura, representada con los brazos abiertos, es símbolo del alma que vive ya en la paz divina.

-El monograma de Cristo está formado por dos letras del alfabeto griego: la X y la P superpuestas. Este monograma indicaba que el difunto era cristiano.

-La paloma con el ramo de olivo en el pico es símbolo del alma en la paz divina.

-El Alfa y la Omega son la primera y la última letra del alfabeto griego. Significan que Cristo es el principio y el fin de todas las cosas.

-El ancla es el símbolo de la salvación, símbolo del alma que ha alcanzado felizmente el puerto de la eternidad.

-El ave fénix, ave mítica de Arabia, es el símbolo de la resurrección.

Los símbolos y los frescos son como un Evangelio en miniatura, una síntesis de la fe cristiana.


miércoles, 18 de mayo de 2011

Todas las estimaciones del coste humano de la guerra fueron al menos 16 millones de militares y 26 de civiles fallecidos.



Los campos de exterminio nazi donde murieron judíos, gitanos y otros grupos sociales.

Los bombardeos aéreos masivos de ciudades bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Y de centros industriales constituyeron trágicas novedades.

El desplazamiento forzoso de millones de personas, principalmente en Europa, añadió un dramatismo desolador entre los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial.

No hubo un cambio generalizado de las fronteras. En Europa la Unión Soviética fue la gran beneficiada de grandes territorios.

Alemania fue la perdedora, y se dividió en cuatro zonas de ocupación (soviética, norteamericana, británica y francesa). Cedió más de cien mil km a Polonia y a la URSS.

La otra potencia del Eje, Italia, perdió sus colonias y la península de Istria que se anexionó Yugoslavia.

Japón perdió todas sus posesiones asiáticas.

A propuesta de Roosevelt, la Conferencia de Yalta decidió crear una Organización de las Naciones Unidas (ONU) que sustituyera a la Sociedad de Naciones.



Virginia y Lucía

martes, 17 de mayo de 2011

Dioses lares, manes y penates.

Reconocidos ya como «dioses» desde el siglo v a.C. e invocados siempre y solamente en plural, constituían un colectivo de culto con el que se identificaba el espíritu de los difuntos, una especie de divinidad de la condición de muerte. En los últimos tiempos de la república, estas

divinidades sufren un cambio y se convierten en una especie de doble del difunto, al que acaban sustituyendo. En la mitología romana, los Manes eran unos dioses domésticos, junto a Lares y los Penates. Eran espíritus de los antepasados, que oficiaban de protectores del hogar.


Manes


También eran llamados Di Manes , y las lápidas romanas a menudo incluían las letras D. M., dis manibus, o “dedicado a los dioses manes”. La palabra también se utilizaba como una metáfora para referirse al Averno. Sarcófago romano con cesta mística y serpiente como signo de inmortalidad o alma del difunto.La inscripción está encabezada por la fórmula DIS MANIBUS SACRUM , D edicado a los dioses Manes. El vocablo manes (espíritus de los muertos) deriva del protoindoeuropeo *men-, “pensar”. Son palabras relacionadas el griego antiguo menos (”vida, fuerza”) y el avéstico mainyu (”espíritu”).


Penates


Encontramos dos tipos:Penates Menores (o familiares), que son aquellos que protegen la casa y la familia y los Penates Mayores (o pùblicos) que protegen el Estado. Los primeros eran transmitidos como herencia, de padres a hijos, como se hacia con los bienes patrimoniales. Cuando un Cònsul asumia su cargo, estaba obligado a realizar un sacrificio, en honor de los Penates Mayores, èstos estaban estrechamente relacionados con el culto de Vesta.


Lares


También los lares eran invocados generalmente en plural, mientras que con el singular se designaba exclusivamente al Larfamiliaris, el lar que debía tutelar a toda la familia, entendida como un conjunto de hombres libres y de siervos, y también como espacio físico definido territorialmente.

Son los dioses soberanos del corazón de la casa, del centro teórico e ideológico de la existencia de los romanos, que se identificaba espacialmente con el hogar. Se encargaban de la tutela de los grupos familiares, más que del territorio que ocupaban, regido por los lares, y estaban incluidos en la herencia del pater familias', su posesión garantizaba la descendencia y el estatus social.